MICROCOSMOS (2016-2017)

Detectan por primera vez vapor de agua en la atmósfera de un exoplaneta.

El hallazgo en K2-18b, cuyo tamaño es el doble que la Tierra, le hace el mejor “candidato hasta ahora a ser habitable”. Agencia Efe.

 

De vez en cuando me topo con una noticia similar a la del titular superior. Se descubren exoplanetas en los que, a juzgar por el titular, tal vez podríamos irnos a vivir después de haber echado a perder nuestra Tierra.

Cuando leí por primera vez un titular similar me sorprendió e incluso hubo un atisbo de ilusión, por poder estrenar un planeta nuevo donde continuar con nuestra travesía como especie. Pero en seguida tras leer la noticia por encima me daba cuenta de que es una auténtica quimera, un sueño, una falsa ilusión, y siempre llego a la misma conclusión o cuidamos esta tierra nuestra o no tenemos una segunda oportunidad, fundamentalmente por que está muy lejos.

La esperanza suscitada por el titular se desvanece al ver que se encuentra a 110 años luz, unos 1.041.000.000.000.000 km de distancia. Un poco lejos para ir y establecernos allí.

La curiosidad me lleva a mirar cual es la velocidad más rápida que hemos logrado con un “vehículo” creado por el hombre… y es bastante rápido, sorprendentemente. La Sonda Espacial Parker en su misión de estudiar el Sol llegó a alcanzar una velocidad máxima de 250.000 km/h. Muy rápido si lo comparamos con la velocidad de un tren, un avión, … pero aun así tardaríamos en llegar al exoplaneta un poco más de 530.000 años, tal vez demasiados para una vida, aunque fuera durmiendo plácidamente.

Visto esto sólo nos queda Marte, aunque es un poco agreste e inhóspito, los exoplanetas “habitables” siempre están demasiado lejos.

Suponiendo que fuéramos capaces de movernos a la mismísima velocidad de la luz, aun así, tardaríamos 110 años, sigue siendo demasiado para una vida.

De todas formas, me sigue sorprendiendo la noticia tan esperanzadora cuando vemos a los astronautas que vienen de la Estación Internacional, después de pasar unas semanas o meses lo mal que regresan, no pueden ni andar, han perdido muchísima masa muscular y ósea. Ni me imagino lo qué será después de 100 años durmiendo sin gravedad, por mucho que una máquina nos cuide y nos alimente.

Después de todo este razonamiento, muy por encima, sigo en mi idea que es muy difícil viajar a otro planeta. Cuando he aquí que hablando con una persona que trabajó para la NASA me habla de la famosa radiación cósmica. No la había tenido en cuenta, pero parece que el grosor de plomo necesario para protegernos de la misma es de considerable tamaño, lo que haría que la nave fuera muy, muy pesada, mucho más incluso. La Sonda Solar Parker tan sólo pesa 685kg y es cierto que cuanto mas cerca del sol esté más rápido irá, aun así, la velocidad siempre será demasiado lenta.

Me parece que, al menos con la tecnología actual, va a ser difícil viajar a esos paraísos exoplanetarios lejanos, donde algunos sueñan que podríamos vivir.

Todo este razonamiento simplemente para “justificar” una serie fotográfica. De ahí su título: microcosmos.

Blaise Pascal nos ilumina esta idea de los planetas y los espacios infinitos, los espacios minúsculos, lo mucho y lo poco… pongo un par de citas suyas.

“Me aterra el silencio eterno de esos espacios infinitos” (Blaise Pascal)

“Limitados en todos los sentidos, este estado que ocupa el medio entre los dos extremos se encuentra en todas nuestras potencias. Nuestros sentidos no se dan cuenta de nada extremo: demasiado ruido, ensordece; demasiada luz, ofusca; demasiada distancia y demasiada proximidad, impiden la visión; demasiada longitud y demasiada brevedad en el discurso, lo oscurecen; demasiada verdad, nos pasma (conozco quienes no pueden entender que si se resta de cero cuatro, queda cero); los primeros principios tienen para nosotros demasiada evidencia, demasiado placer incómodo; demasiadas consonancias son desagradables en música; y demasiados beneficios irritan(…) No sentimos ni el calor extremo ni el frío extremo. Las cualidades excesivas nos son enemigas y no sensibles; no las sentimos ya, las padecemos. Demasiada juventud y demasiada vejez privan de espíritu, las cosas extremas son para nosotros como si no fueran, y nosotros tampoco somos respecto de ellas: nos escapan, o nosotros a ellas.” (Blaise Pascal)

Y yo me atrevo añadir, mirando a mi alrededor, con mi cámara, descubro que hay infinitos mundos en este mundo. Tan sólo una metáfora. Un juego.

Espacios cercanos fotografiados a modo de... Sinestesia. Fotografiar el silencio, verlo. Siempre sensaciones. Mentira y verdad. El mundo vuelve a mirar el espacio exterior, buscamos agua en Marte cuando no tenemos agua para beber. Exploramos el infinito cuando abandonamos a su suerte a tantos de aquí, cercanos, nosotros mismos.

Silencio. No oímos la sed de las personas, en el ruido de nuestra vida.